El turismo dedicado a las compras en el noroeste de Argentina está viviendo una transformación notable, motivado por el aumento de consumidores que se dirigen a ciudades fronterizas en Bolivia. Bermejo, Villazón y Yacuiba se establecen como lugares clave, con productos que presentan precios que pueden ser hasta un 75% inferiores en comparación con los negocios locales, modificando así los comportamientos de compra y los modelos de viaje de provincias como Catamarca, La Rioja, Salta y Jujuy.
Las actividades comerciales en estas regiones alteran la convencional dirección de las compras hacia Santiago de Chile y otras urbes chilenas, mientras que Paraguay sigue siendo importante con Ciudad del Este y Asunción. Sin embargo, Bolivia se está posicionando como un competidor significativo debido a su ventaja en el cambio de moneda y a innovadoras tácticas logísticas. La propuesta boliviana abarca electrodomésticos, equipos electrónicos, calzado, ropa y accesorios para vehículos, captando la atención tanto de compradores individuales como de minoristas que desean adquirir productos para su reventa.
Precios competitivos y ejemplos concretos
La diferencia de precios se observa claramente en los productos de uso diario. Un aire acondicionado de 3.000 frigorías, que en Salta tiene un precio aproximado de 700.000 pesos argentinos, se puede encontrar en Bermejo por menos de 330.000 pesos. Otros productos presentan discrepancias similares: pantalones por 6.000 pesos, chaquetas deportivas por 120.000 pesos la docena, 12 jeans por 130.000 pesos, 12 pares de zapatillas por 220.000 pesos y tres termos por 40.000 pesos. Estas cifras demuestran el efecto del tipo de cambio y la inflación en la ventaja competitiva de los comercios bolivianos frente al mercado argentino.
Mercados mayoristas y ferias a cielo abierto
A diferencia de los grandes almacenes o shopping centers, el comercio en Bermejo, Villazón y Yacuiba es similar a mercados mayoristas como La Salada o Once en Buenos Aires. Las ferias al aire libre y la abundancia de puestos informales posibilitan tanto las ventas al por menor como al por mayor, beneficiando a pequeños vendedores y proveedores argentinos que obtienen mercancías para su venta posterior. Este sistema aumenta la flexibilidad de las compras, con métodos de pago que abarcan pesos argentinos, dólares y billeteras electrónicas.
Transporte y logística ajustados a las necesidades
El turismo de compras se ha profesionalizado mediante tours grupales organizados desde ciudades argentinas, con transporte especializado, asesoramiento sobre trámites fronterizos y guías que orientan sobre los mejores productos y precios. La oferta de taxis privados permite trasladar cargas sin retrasos ni riesgos, mientras que la presión inflacionaria y la necesidad de mantener el poder adquisitivo impulsan soluciones logísticas innovadoras, aunque algunas prácticas informales implican riesgos legales y de seguridad.
Trámites fronterizos y marco legal
El ingreso formal por Aguas Blancas, mediante el Paso Internacional Puerto Chalanas, requiere mostrar el DNI, notificar la fecha de vuelta y presentar el equipaje en la aduana boliviana, asegurando un cumplimiento limitado de las reglas. No obstante, el aumento en la demanda ha derivado en opciones no oficiales que intentan eludir las restricciones de las normativas.
Incremento de precios y beneficios competitivos
Pese a una inflación acumulada del 15,53% en el primer semestre del año y del 10% en 2024, la diferencia cambiaria y las facilidades de pago fortalecen la competitividad de los comercios bolivianos. Ciudades fronterizas argentinas como Aguas Blancas y Salvador Mazza funcionan como grandes estacionamientos para tours de compras, con cobros adicionales que actúan como peaje municipal.
Bolivia, un lugar en ascenso para el comercio turístico
La combinación de precios accesibles, surtido amplio, métodos de pago flexibles y logística eficiente posiciona a Bermejo, Villazón y Yacuiba como polos emergentes de turismo de compras para argentinos del norte. Este fenómeno no solo modifica los patrones de consumo transfronterizo, sino que consolida a Bolivia como un motor económico y un destino turístico estratégico en la región.