Desde octubre de este año, se implementará un nuevo sistema digital para la gestión de fronteras en la Unión Europea (UE), destinado a cambiar cómo se documentan las entradas y salidas de ciudadanos de países no miembros del área Schengen. El propósito de esta iniciativa es incrementar la seguridad, hacer más eficientes los procesos en los pasos fronterizos y reemplazar el tradicional sellado manual de pasaportes con un sistema automatizado y centralizado.
El llamado Sistema de Entrada y Salida (EES, según su acrónimo en inglés) se establecerá en los 29 países que integran el área Schengen, incluyendo a los estados miembros de la UE y a países asociados como Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein. Este sistema recopilará electrónicamente los datos de todos los visitantes de países no pertenecientes al espacio Schengen que entren por razones turísticas, de negocios o por estancias breves, almacenando información biométrica y detalles de sus documentos de viaje.
Cada entrada o salida será registrada de forma digital, permitiendo a las entidades respectivas determinar automáticamente el tiempo de visita permitido para cada turista. Esta automatización contribuirá a identificar a quienes sobrepasen el límite legal de permanencia, que actualmente es de 90 días en un ciclo de 180 días. Adicionalmente, el sistema guardará información por un máximo de tres años, la cual puede ser revisada por las autoridades de migración, seguridad y justicia de los países involucrados.
El EES no se aplicará a los ciudadanos de la UE ni a residentes de larga duración en el espacio Schengen, quienes mantendrán sus actuales derechos de libre circulación. En cambio, afectará a turistas, viajeros de negocios y otras personas que requieran visados de corta duración o estén exentas de ellos, incluyendo a ciudadanos de países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú, que actualmente no necesitan visado para estancias breves.
El sistema se enlazará con otras bases de datos de seguridad en Europa, como el Sistema de Información de Visados (VIS), el Sistema de Información de Schengen (SIS) y el futuro Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS), que se espera comience a operar en 2026. Esta integración proporcionará un control mejorado sobre el movimiento de personas en el área europea y ayudará a identificar riesgos relacionados con la seguridad, inmigración irregular o criminalidad transfronteriza.
Una de las características centrales del EES será el uso de tecnología biométrica, incluyendo huellas dactilares y reconocimiento facial. En cada punto de entrada, los viajeros deberán someterse a un escaneo facial y al registro de sus huellas, lo que podría implicar tiempos de espera más largos en los primeros meses de implementación. No obstante, se espera que con el tiempo el proceso se agilice mediante el uso de puertas automatizadas y controles digitales.
El inicio del sistema simboliza uno de los cambios más significativos en la política de control de fronteras de la UE en las últimas décadas. Ha demandado inversiones considerables en infraestructura tecnológica y formación del personal de frontera. Algunos países ya han empezado a implementar terminales biométricos en aeropuertos, puertos y cruces fronterizos terrestres.
Sin embargo, la implementación no ha estado exenta de críticas. Organizaciones defensoras de los derechos de los viajeros y expertos en privacidad han manifestado preocupación por el almacenamiento masivo de datos personales y biométricos, cuestionando los mecanismos de protección y el acceso a la información por parte de las fuerzas de seguridad. Las autoridades europeas han respondido asegurando que el sistema cumplirá con los más altos estándares de protección de datos establecidos por la legislación comunitaria.
En la práctica, el sistema renovado podría afectar al sector turístico, sobre todo durante el periodo inicial de implementación. Las autoridades sugieren que los turistas extranjeros programen con antelación sus llegadas y estén preparados para retrasos en los trámites migratorios, especialmente en aeropuertos concurridos como los de París, Ámsterdam, Madrid y Frankfurt.
Con la implementación del EES, la Unión Europea pretende incrementar su capacidad de supervisión sin afectar la libertad de movimiento, consiguiendo un balance entre la seguridad y la facilidad para el tránsito legítimo. Este cambio representa un avance importante hacia la modernización digital de las fronteras europeas y el refuerzo de la colaboración entre los Estados miembros en temas de migración.